A medianoche,
en un reino muy lejano, una joven perdió su zapatito de cristal. Y esto fue un
misterio que solo un detective como Poirot podía resolver. Sin embargo, en un
cuento de “no hadas”, un ambicioso pirata, John Silver, quiso robarlo tras no
haber podido hacerse con todo el tesoro de una isla. Pero no hagamos de esta
otra ficción una “Continuidad de los parques” porque no queremos que nadie
resulte herido. Hablando de crímenes, la hybris no es perdonada por los dioses,
y hubo unas bodas de sangre en que novio y amado se enfrentaron, uno por su
honor, el otro traicionado por la luna.
Mejor
cambiemos de tema porque no quiero escribir los versos más tristes esta noche. Ahora, narremos apariciones o hechos sobrenaturales. ¿Vos creés que existan? “El
viento que mata, silba, gime y ruge, ¿acaso lo ha visto alguna vez? ¿Acaso lo
puede ver? Y sin embargo existe” Ah menos mal, yo creí que me estaba volviendo
loca, entonces, El Horla existe. No importa si estás loca, yo te quiero verde,
verde que te quiero verde. Yo te prefiero como la noche estrellada de Van Gogh.
Tanta noche y Drácula podría aparecer.
Juguemos en
el bosque mientras el lobo no está, ¿lobo está? Y en ese instante Blancanieves
de piel más blanca que la nieve mordió la manzana y se desplomó en un largo
sueño. Pero no todos pueden dormirse con manzanas, algunas se pinchan los
dedos. La pobre Alfonsina se durmió en el mar. “Tú me quieres alba, me quieres
de espuma, me quieres de nácar”. Romeo aceptaba a Julieta a pesar de ser
Capuleto.
Cien años de
soledad después…
Aquí me pongo
a cantar. Y don Quijote se quejaba de los refranes absurdos de Sancho. Y según
Camus, un existencialista francés, hay que aceptar que la vida es absurda sin
recurrir al suicidio. Casona nos prohíbe suicidarnos en primavera. Hay que perseverar para llegar a Ítaca.
La vida es
sueño. Guernica. Un cadáver exquisito. Esto no es más que el cuello de un gran
cisne que me interroga.
Dafne Gonzalo.
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